En algún lugar lejano y al mismo tiempo tan cerca se toman decisiones que estremecen al planeta entero. No importa cuántos kilómetros nos separen de ese punto en el mapa donde se elevan las tensiones, cuando la incertidumbre se apodera de una región, la humanidad entera lo siente.
Porque cuando dos naciones poderosas se confrontan, no solo chocan sus ideas, intereses o gobiernos…También tiemblan las esperanzas de millones que solo quieren vivir en calma.
Que este momento no nos haga indiferentes.
Que esta sacudida nos despierte, no para tomar partido, sino para tomar conciencia.
Hoy no se trata de Oriente u Occidente. Se trata de todos. De no acostumbrarnos al miedo. De no aceptar como “normal” que la vida de miles se decida desde escritorios lejanos.
Las cosas no pintan nada bien, la situación es verdaderamente grave.
Un niño no debería aprender a esconderse antes que a soñar y una madre no debería temer por el sonido que viene del cielo.
*Esta noche, mientras el mundo intenta dormir entre titulares que pesan, que al menos una oración, un pensamiento o un suspiro de buena voluntad se eleve desde cada rincón del planeta.